lunes, 29 de diciembre de 2014

El lado oscuro del menú de Navidad

En estos días cargados de fiestas queremos compartir con vosotros un extracto del último artículo publicado por Esther Vivas, que viene a colación de nuestros hábitos de consumo. Nos ha parecido que provoca a la reflexión y que nos hace, a todos, responsables en mayor o menor medida del entorno cercano y lejano. Aunando cabeza y corazón, os deseamos unas FELICES FIESTAS desde Huerta Molinillo.


 El lado oscuro del menú de Navidad. Esther Vivas.

 (...) El menú de Navidad se ha globalizado. Si antes, nuestros platos tradicionales estaban ligados a lo que nos daba la tierra, de aquí que la gastronomía de cada uno de los territorios del Estado tenga sus propios matices, en la actualidad los alimentos viajeros, en fiestas navideñas y los 365 días al año, han “inundado” las cocinas.
Incorporar alimentos foráneos a la dieta no tiene nada de malo, al contrario. El problema, a mi entender, reside en cuando la integración de estos platos al menú responde más a los intereses de un puñado de multinacionales del sector, que consiguen dichos productos a un precio extremadamente bajo a partir de la explotación laboral y medioambiental, que a nuestro afán por la diversidad culinaria.
El caso de la piña y los langostinos, antes citados, no deja lugar a dudas. La mayor parte de la piña que vamos a consumir estos días de fiesta nos llega de Costa Rica. En concreto, tres cuartas partes de las que se comercializan en Europa proceden de este país, que ha doblado su producción en tan solo quince años, en manos de dos grandes multinacionales estadounidenses Del Monte y Dole. Tras tan “preciado” fruto, sin embargo, se esconde un rastro de explotación laboral y contaminación medioambiental.
Muchos de sus trabajadores, entre un 60% y un 90% en función de la región, son inmigrantes nicaragüenses, la mayoría sin papeles, que trabajan entre seis o siete días a la semana, doce horas diarias, por salarios de miseria que apenas les dan para sobrevivir. Los casos de contaminación por inhalación de sustancias tóxicas aplicadas en las plantaciones son frecuentes y la persecución sindical una constante.
Se calcula que el cultivo intensivo de piña necesita hasta 20 kilos de pesticidas por hectárea, con la consiguiente esterilización del suelo, pérdida de biodiversidad e impacto en la salud humana. 
Con los langostinos “navideños”, llegados de países tropicales como Ecuador, Honduras, Tailandia o Vietnam, se repite la historia. Su captura en alta mar, utilizando técnicas de arrastre, acaba con los fondos marinos y su “cultivo” en piscifactorías provoca la deforestación de bosques, contaminación de acuíferos y desaparición de ecosistemas costeros de alto valor como son los manglares. Su producción, asimismo, incluye el uso sistemático de productos químicos y antibióticos, para garantizar un “aspecto inmejorable”, como nos lo cuenta el vídeo de Ecologistas en Acción: Langostinos fuera del plato. Nosotros, los comemos alegremente. (...)

lunes, 15 de diciembre de 2014

Última cesta del 2014

Parece que fue ayer cuando os convocamos por primera vez, ¡y ya estamos preparando la última cesta de este año 2014!
Han sido momentos muy ilusionantes, compartiendo la novedad de este proyecto en el que todos estamos involucrados: consumidores, productores, voluntarios... Pero si hay algo que tengamos muy muy claro, es que sin vuestra confianza, nada de esto hubiera sido posible. Con vosotros estamos explorando nuevas formas de hacer economía. Una economía más humana, más social, que tiene a la persona como centro y a la naturaleza como aliada. A finales de 2014 podemos decir que ESTAMOS EMPEZANDO a transformar... ¿a dónde nos llevará este proyecto colectivo?
Desde Huerta Molinillo y desde Fundación Alter, os deseamos Muy Feliz Navidad y que el 2015 venga lleno de ESPERANZA, de SALUD, pero sobre todo, de AMOR y PAZ.

martes, 2 de diciembre de 2014

Cestas de temporada, NATURALMENTE

Con la llegada de los fríos, el contenido de las cestas va cambiando. Nos despedimos ya de  las verduras de verano:  pepino, berenjena, calabacin, tomate y pimiento,.., y damos la bienvenida a las de invierno: calabaza, coliflor,  cebolla,  borraja ...
Aquí está la clave de consumir productos "de temporada". Nuestro cuerpo y nuestros hábitos se amoldan a los ritmos de la naturaleza y en lugar de seguir al capricho, al consumo sin razón, reconocemos no sólo que el trabajo en la huerta es digno y valioso, sino que también la madre naturaleza nos ofrece, en cada época, lo que es mejor para nuestra salud. Así, vamos consumiendo alimentos calóricos que nos sirven para ir acumulando reservas de energía y, al mismo tiempo, nos protegen de catarros invernales. Por ejemplo, las hortalizas aliáceas (cebolla, ajo, puerro) tienen propiedades mucolíticas y antisépticas: ablandan la mucosidad, favorecen la expulsión de moco y actúan contra los gérmenes (bacterias o virus) causantes o agravantes de la afección. La inhalación de la esencia que desprende una cebolla o cualquier otra hortaliza aliácea ayuda a eliminar la mucosidad e incluso puede aliviar la tos.
En Huerta Molinillo seguimos el curso de la naturaleza. Valoramos los productos de cada temporada. Aprendemos nuevas formas de cocinar, nos educamos en la mejor forma de alimentarnos y de entender los ciclos naturales.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Reeducarnos en lo que comemos y cómo lo comemos

En su reciente libro "El negocio de la comida", Esther Vivas nos recuerda algo que desde Huerta Molinillo también suscribimos: la relación entre la mala alimentación y el sistema económico actual, y la necesidad de repensar cómo y qué comemos: 
 
"La dieta mediterránea se ha visto sustituida poco a poco por un modelo de alimentación fast food, con azúcares añadidos, grasas saturadas y alimentos procesados que tienen un impacto negativo en nuestra salud. Además esto se ha agudizado con la crisis económica, en la que la pérdida de poder adquisitivo de muchas familias ha llevado a gastar más en comida, pero a comer menos y de peor calidad. Varios estudios evidencian cómo alimentos congelados, bollería, etc., han aumentado su consumo en los últimos tiempos de crisis.
.. Si cogemos una cesta de la compra más saludable, donde no sólo haya fruta y verdura, sino también pescado, carnes, leche, etc. y lo comparamos con una cesta de productos congelados, con bollería, helados, ésta sale más barata, según un informe reciente publicado en Reino Unido.

Pero sí que es cierto que se podría comer bien gastando menos. Lo que pasa a menudo es que no sabemos, no nos han enseñado a cocinar ni a comer de una manera saludable. Y muchas veces hay una tendencia a comprar alimentos procesados porque consideramos que son mejores y porque son los más fáciles y rápidos de cocinar. Desde este punto de vista, ... es fundamental una cierta reeducación en lo que comemos y cómo lo comemos".