domingo, 24 de enero de 2016

Consumir en clave de derechos humanos

¿Consumir, para qué? Si formulásemos esta pregunta por la calle, y en distintos lugares del mundo, seguramente las respuestas serían muy variadas, y es que el consumir tiene distintas connotaciones. Habrá quienes ni siquiera se hayan planteado jamás esta cuestión, y quienes darían respuestas tan vagas como «porque sí», «porque todo el mundo lo hace», etc. Tú y yo ¿qué responderíamos? Ahí queda el interrogante.

En primer lugar debemos situarnos. Esta publicación Consumir en clave de derechos humanos va destinadas a personas del Norte o mejor dicho, a personas que tienen cierta facilidad para acceder a determinados bienes de consumo porque si la pregunta del título hubiera sido planteada en países como Haití, Sierra Leona, Etiopía, Camboya, Laos…, habría-mos obtenido respuestas muy distintas a las dadas por las y los consumidores de los llamados países ricos.

Consumir ¿para qué?, para la inmensa mayoría tiene una fácil contestación: para seguir vivos. Según el Programa Mundial de Alimentos, 805 millones de personas en el mundo no se alimentan adecuadamente para llevar una vida saludable y activa. Por tanto, para ellas, lo prioritario es comer cada día. Además, para muchas de estas, y para otras, el acceso al agua potable es una necesidad básica más, que las personas consumidoras del Norte tenemos resuelta. Según la OMS, 748 millones de personas no disponen de agua potable con lo cual, en muchos casos, se ven forzadas a recorrer largas distancias para conseguirla. Esta responsabilidad recae habitualmente en mujeres y niñas lo que supone el abandono de su formación y dejar de asistir a la escuela. Si además se piensa en la pesada carga que tienen que transportar no es extraño que padezcan lesiones de espalda o cuello para toda la vida. Según las mismas fuentes, 1.800 millones de personas en el mundo acceden a aguas contaminadas para uso doméstico, lo que conlleva enfermedades e incluso la muerte.

Y así podríamos seguir describiendo aspectos básicos del consumo o bienes que son fundamentales para poder llevar una vida digna: vivienda, sanidad, educa-ción… Por tanto, centrémonos en el aquí y el ahora, en la situación que nos encontramos y tratemos de responder la pregunta del principio.


martes, 12 de enero de 2016

MIRAR ATRÁS PARA ASEGURAR LA AGRICULTURA DEL FUTURO

El viernes 22 de enero, a las 19h en el Centro Cívico de Ibeas de Juarros, participamos en la  

MESA REDONDA: MIRAR ATRÁS PARA ASEGURAR LA AGRICULTURA DEL FUTURO

¿Existe nuevas formas de entender la  agricultura? ¿Hacia dónde se dirige la producción de alimentos? ¿Agricultura sostenibilidad y ecología es posible? Estas y otras preguntas serán contestadas en un diálogo protagonizado por responsables de proyectos agroalimentarios que entienden que en el siglo XXI otra agricultura es posible.




Os invitamos a que asistais y entre tod@s dialoguemos sobre estas cuestiones que tanto nos interesan. Además, nuestro amigo y compañero en el camino Gustavo Duch también participará.

Recordad 

Lugar: Centro Cívico de Ibeas de Juarros

Hora: 19 h.

Fecha: 22 enero 2016

Entrada Libre hasta completar aforo


domingo, 10 de enero de 2016

España, el país con mayor superficie de la UE dedicada a la producción ecológica

España se ha convertido en el país con mayor superficie de la UE dedicada a la producción ecológica, con 1,6 millones de hectáreas de cultivo.
El consumo nacional también ha aumentado, aunque el 75% de la producción se acaba exportando. Pero a lo que pareciera una muy buena noticia en realidad esconde importantes amenazas que es necesario analizar.
Por un lado, las estadísticas dicen que los consumidores piden cada vez más productos ecológicos. Esto es cierto, pero, ¿todos? Según el último estudio elaborado por el MAGRAMA sobre la “Evolución de la tipología y perfil sociodemográfico del consumidor de alimentos ecológicos en España”; en los últimos tres años el consumo de productos ecológicos ha aumentado, representando un 29.3% de la población española, en la que en algún momento han consumido productos ecológicos, frente al 26.1% en 2011. A pesar de este aumento el consumo de este tipo de productos no está extendido a todas las clases sociales. El perfil del consumidor de productos ecológicos se caracteriza por ser de clase media alta, con una edad media de unos 43.7 años. Según este informe, la razón principal de estos consumidores por la que consumen este tipo de productos es por salud y en segundo lugar por el sabor.

Frente a esta realidad, grandes multinacionales ya se han lanzado a ocupar este mercado, con un fuerte apoyo desde la administración pública. Ya podemos ver cómo grandes empresas de distribución llenan sus estanterías de productos ecológicos y cómo grandes compañías  desarrollan insumos agrarios destinados fundamentalmente a lo que consideran el gran reto, producir ecológico a gran escala. De esta forma se cambiaría el tipo de producto pero no se tocaría en absoluto la actual estructura y control de la alimentación en manos de pocas multinacionales.
Es una buena noticia saber que los trabajadores de estas grandes plantaciones no son envenenados sistemáticamente por agrotóxicos y pesticidas, pero no podemos darnos por satisfechos.
Si bien es fácil caer en la tentación de comprar productos ecológicos en los grandes supermercados, al hacerlo no podemos engañarnos, debemos saber que seguimos entonces consolidando un sistema alimentario basado en alimentos kilométricos provenientes de la otra parte del mundo, que el consumo de este tipo de productos no va a cambiar los problemas de deforestación, de acaparamiento de tierras, de uso excesivo de recursos hídricos, la explotación de millones de trabajadores con salarios bajos y penosas condiciones laborales, no va a cambiar el actual modelo industrial donde es más barato comprar comida basura preparada que alimentos frescos de calidad.

Debemos seguir pensando de una manera más sistémica y luchar por una agricultura y alimentación con campesinos y campesinas, basada en la producción local y la comercialización a través de circuitos cortos. El derecho a alimentación debe estar en el centro y el control de la alimentación debe tenerlo la ciudadanía. Debemos seguir luchando por la soberanía alimentaria.


Extraído de: http://www.nuevatribuna.es/articulo/consumo/tentacion-verde/20160107105808124105.html

martes, 5 de enero de 2016

Manos en la Tierra

Manos en la Tierra por la Soberanía Alimentaria (Hands on the Land for Food Sovereignty) es una alianza colectiva de 16 socios, entre los cuales se encuentran movimientos de campesinos y sociales, ONG de desarrollo y ambientales, organizaciones de derechos humanos y activistas investigadores, que tiene por objetivo realizar actividades en Europa para concienciar sobre cuestiones relacionadas con el uso y la gestión de tierra, el agua y otros recursos naturales, así como sus repercusiones sobre el cumplimiento del derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria. 
En un contexto de inseguridad alimentaria y cambio climático, la gobernanza de los recursos naturales requiere abordar las cuestiones fundamentales de quién debe tener qué derechos a qué recursos, con qué fines, y quién tiene poder de decisión desde una perspectiva basada en la justicia social y no en el lucro. Esto exige situar las visiones y aspiraciones de quienes están en la primera línea de la lucha por la soberanía alimentaria ―ya sean comunidades pesqueras, campesinos y pastores de pequeña escala, pueblos indígenas, jóvenes agricultores y aquellos grupos más vulnerables y marginados― como eje vertebrador de las políticas que les afectan.

Para más información, ir a  https://handsontheland.net/about/