lunes, 27 de febrero de 2017

Dominique, de vuelta

Como ya muchos sabéis, Dominique ha vuelto de su visita a Burkina Faso tras siete años de ausencia. Aunque queramos ponernos en su lugar, no podemos imaginar lo que puede suponer arriesgar la vida atravesando medio continente sin una idea clara de cómo será el futuro en un país extraño, con un idioma que se desconoce. Y sin embargo, su constancia y su fortaleza, además de su carácter honesto han hecho posible la odisea. 

En Burgos dispone de un trabajo digno que le permite vivir y proveer a los suyos. Lógicamente, la alegría de volver a ver a su familia no se puede contener en estas líneas, y en conversaciones con él nos dice que el país ha cambiado. Está contento de haber visitado Burkina Faso, y también está contento de haber vuelto al trabajo de la huerta. 

Desde esta pequeña familia, te damos de nuevo la bienvenida.

viernes, 10 de febrero de 2017

Mesa caliente... ¿para qué?

Uno de los principios de la Soberanía Alimentaria es la capacidad de autogestión de quien trabaja la tierra. Esto permite no sólo una cierta independencia de proveedores, sino también la capacidad de cultivar, perpetuar y mejorar aquellas especies que mejor se adaptan a nuestra climatología o a nuestra tierra y que mejores resultados dan. 

Nosotros tratamos de seguir estos principios a pequeña escala. Por ello, estamos construyendo una segunda cama caliente que nos permita hacer un seguimiento de todo el proceso, partiendo de la semilla, seleccionada previamente de las mejores plantas de la cosecha anterior, y mimándola en sus primeros momentos del crecimiento para así, finalmente, poder cultivar nuestras propias plantas y luego ofreceros los mejores frutos en las cestas.


De esta manera, año a año, mejoramos genéticamente y de forma natural, con paciencia, nuestros cultivos que luego nos darán los mejores productos. 



lunes, 6 de febrero de 2017

El vendaval arrasó en Rabé

Seguimos con los avatares metereológicos. Esta vez los fuertes vientos han hecho mella en nuestro túnel de Rabé de las Calzadas. La extraordinaria velocidad del viento ha levantado toda la cubierta, dejando a la intemperie el terreno que teníamos preparado para plantar. 

Los daños materiales aún no los hemos valorado, pero en todo caso este imprevisto conlleva una enorme cantidad de trabajo y esfuerzo a la hora de volver a colocarlo correctamente. A ello hay que sumar el retraso que nos provoca en los tiempos de siembra que ya habíamos previsto. Tendremos que buscar fórmulas alternativas para suplir los productos que queríamos haber plantado ya.  


Esperemos que estas circunstancias hayan sido excepcionales y no vuelvan a darse. Sin embargo, como veis, la naturaleza sigue siendo más fuerte que el ser humano.